Como lavar la cara
Desmaquillar:
Remover el maquillaje de una forma efectiva es el primer paso de tu rutina nocturna para la limpieza de la piel.
Limpiar:
Además de desmaquillarte, lavar la piel de tu rostro ayudará a eliminar el exceso de contaminantes, grasa y otras impurezas acumuladas durante el día. Para lavarte de forma efectiva utiliza agua tibia para abrir los poros. Evita usar agua demasiado caliente o fría, ya que podría irritar la piel. Enseguida aplica un limpiador con movimientos circulares. Enjuágate, asegurándote de eliminar el limpiador completamente. Puedes enjuagarte una segunda vez para eliminar por completo cualquier rastro de impurezas. Después de enjuagarte, sécate con ligeras palmaditas, sin frotar la toalla. De esta forma evitarás maltratar la piel delicada de tu rostro.
Exfoliar:
Quizás no lo sepas, pero tu cuerpo produce nuevas células de la piel diariamente y durante todo el día. Aunque tu cuerpo elimina las células muertas de forma natural, algunas no logran desprenderse completamente, lo que puede ocasionar irritación de la piel y poros obstruidos. En general, exfoliar tu rostro dos o tres veces por semana hará que tu piel se sienta más suave y saludable. Sin embargo, si tu piel se irrita fácilmente al exfoliarte, considera reducir la frecuencia.
Humectar:
Después de limpiar tu rostro, huméctalo para mantener la piel firme e hidratada. Aplica el humectante con movimientos circulares para estimular la circulación de la sangre, lo que a su vez ayudará a mantener la piel más radiante. Durante los meses de frío es aún más importante humectar, ya que la piel pierde hasta un 25% de su capacidad para retener la humedad. No dejes que tu piel sea una víctima más del frío de invierno: el secreto es humectarla a menudo.